jueves, 25 de septiembre de 2008

Mis batallas en el desierto (texto de las batallas)

Lo recuerdo muy bien como si fuera ayer, era la típica etapa de la vida de un niño de sexto año de primaria, donde uno sabe que una vez pasando a la secundaria ya no será lo mismo. Era mi primer día de clases ya estaba en la secundaria, un poco nervioso como todos trataba de sentirme en ambiente, de agradarles a los demás ya que la primera impresión cuenta mucho para tu imagen dentro de los tres próximos años. Aproximadamente eran como las 7:10 y la ceremonia estaba a punto de empezar nos ordenaron por grupos y todos callados durante la medio hora que duro el acto académico de presentación. Unas ves que acabo la ceremonia nos dirigieron a nuestros grupos respectivos, por suerte para mí la secundaria y la primaria de la que había egresado están relativamente cerca y por lo tanto muchos de mis compañeros estaban ahí, no en el mismo grupo pero cerca. Ese día paso rápido ya que todo era preguntas ¿quién eres?, ¿de dónde vienes?, ¿qué te gusta? etc. Muy rápido hice amigos nuevos, a la semana pareciera que nos conociéramos ya años atrás.

Una de las cosas que me llamo la atención en esa primera semana de clases fue el profesor Salas ya que daba su clase de una forma muy sencilla y divertida a la vez, era de esos típicos profesores que se sienten en confianza desde el primer día de clases. Un día ya pasada la primera semana de labores escolares entra al salón el director de la secundaria y presenta al grupo a una nueva alumna justamente en la clase del profesor Salas, éste muy rápidamente después de las instrucciones dadas por el director, le busco un lugar a la de nuevo ingreso , no se si fue suerte, mala suerte o el destino que justamente el lugar que estaba atrás de mí se encontraba desocupado, el maestro rápidamente la sentó ahí y seguido de esa acción concluyo con una frasecita “no tengas cuidado que ahí esta Jonás y el te cuidara” a consecuencia de esta me marcaría quiera o no por los próximos tres años de mi vida , sin hacerse esperar todo el salón con el típico uuuuuuu, después de ver a todas las miradas hacia mí haciendo el bullicio total, no me quedaba de otra mas que aguantar y poner cara de que no pasa nada pero la vergüenza y la pena que tenía nadie me la podía quitar. Ese día no le dirigí la palabra y menos la mirada a la nueva ya que al primer indicio de atracción seria la causa de burla otra vez. Llegando a casa después de la pregunta obligada de mis padres ¿cómo te fue? yo les conteste que normal pero por dentro estaba desesperado ya que no pensaba seguir con ese típico juego de primaria donde seria el hazme reír del salón cada vez que me tocara clase con el profesor Salas. Por dentro yo estaba revolucionando ya que hacia tiempo que no me sucedía algo de esa índole, tal vez la inmadurez de la edad me hacia pensar tontería y media en esos instantes de mi vida. El plan era sencillo, como yo no quería pasar vergüenzas a media clase con los ocurrentes comentarios del maestro, yo adoptaría en todo momento la actitud de serio nada que ver con mi persona pero lo intentaría.

En esa etapa de mi vida donde apenas entraba a la pubertad lo único que deseaba era tener tres años armoniosos ya que en mi casa sólo eran regaños y gritos de mis padres no se sí por lo mismo de que yo estaba creciendo y no me gustaban las reglas o sí el mundo estaba en contra mía. Al día siguiente todo era paz y tranquilidad como yo siempre quise, hasta que llego la hora de entrar al salón de clases y ahí estaba ella sin hablarle a nadie justo enfrente de mí, no se si fue tonto o inteligente pero yo tenia que romper el hielo que desde hacia ya un día existía, su nombre era Ángela y venia de una escuela de Tijuana por eso no conocía a nadie, rápidamente me hice su amigo ya que no a todos en el salón les hablaba. Llego la temida clase de Geografía que era la que impartía el profesor Salas, como era de esperar llego muy feliz y jovial, y como a los cinco minutos lanzo el primer comentario pero al ver que yo seguía normal y ella ni se inmutaba le quito el interés y decidió fastidiar a otros, en ese momento sentía un gran alivio ya que era incomodo que ese profesor te hiciera burla a cada momento, aunque fuera algo tonto y sin importancia como ahora lo veo.

A partir de ese momento todo fue muy diferente por que empecé a conocerla más. Este sería el comienzo de una muy buena amistad. Conforme iban pasando los días se reafirmaban nuestros pequeños lasos, y por primera ves sentía que tenia una amiga por que amigos si había tenido y muchos pero amigas, en realidad ella era la primera ya que las otras solo habían sido compañeras de clase. Entre nosotros dos indiferentemente de que ella era mujer y yo hombre había mucha rivalidad en muchos aspectos, y de esto me dí cuenta en la clase de español por que cierto día se dividió el grupo en dos secciones justamente nos toco de lados contrarios, la actividad era organizar un debate y por suerte nos eligieron para representar nuestros equipos respectivamente, en realidad no me acuerdo cual era el punto a defender el caso es de que la hora se paso tan rápido que cuando menos me di cuenta ya era la hora de salir y se había declarado un empate aunque el grupo pedía más de nosotros por defender. Esa fue una de las veces donde me dí cuenta que disfrutaba pelear con ella al paso del tiempo ya era hasta una necesidad pero no en el sentido de pelear agrediendo sí no jugando. Una de las cosas que a veces no se soportaba de ella y lo digo en general por mis compañeros de clase de ese entonces era su carácter que siempre era a la defensiva y por lo tanto a veces un poco grosera con la gente, tal vez fue una de las causas por las cuales me enoje con ella ya que de ser una persona agradable había pasado a ser una persona enojada con su propia vida al menos así lo dejaba ver. Conmigo al igual que la mayoría cambio mucho, cualquier cosa que uno le decía lo tomaba con indiferencia como sí no le importara y si uno quería hablar de su vida cambiaba de tema, así poco a poco se fue debilitando nuestra amistad al extremo de no hablarnos y así fue por medio año. Para ese entonces ya faltaban solo unos meses para salir de la secundaria y ninguno de los dos mostraba señales de tregua. Un día como cualquier otro ella no fue a clases, lo preocupante se dio cuando nos avisaron que se había escapado de su casa, yo pensaba que regresaría pronto pero no, así paso un mes y no se sabia nada de ella. Salimos de la secundaria y no volví a saber nada de ella por un buen tiempo. Cuando preguntaba a mis amigos sí sabían algo de ella sólo decían que ya había regresado, hasta que un día me la encontré en la parada del taxi y fue algo muy raro por que sólo fue un hola, que has hecho y adios. Desde entonces no la he vuelto a ver.

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