domingo, 14 de septiembre de 2008

Alabanza a autocad (El que inventó la pólvora)

Autocad entro a la vida de los arquitectos sin avisar, como la brisa de mar que cuando menos te lo esperas ya esta frete a ti. Eran tiempos difíciles cuando todo era a lápiz, plumones, tinta o cualquier herramienta que sirviera para trazar. Que los planos se mojaban, se rompían, se ensuciaban o que se yo cualquier accidente de los que arruinan dieses o proyectos importantes que tarde o temprano te sacan canas verdes. Pero al llegar Autocad cambio la vida de muchos en todos los sentidos. No se sabe si fue la facilidad con que hacia el trabajo, rapidez o eficiencia. Lo que si se supo es que vendría a transformar al mundo arquitectónico, ya no más proyectos fracasados o resultados académicos fallidos era hora de abrirle las puertas al mundo de la tecnología. Su auge fue tan grande que cuando menos lo pensamos ya nos había invadido esa fiebre tecnológica que en aquellos años no se hubiera imaginado. En cambio el dibujo con tantos años de soportar la carga se había liberado de cierta forma.


El Autocad era ya tan indispensable para el arquitecto que a cualquier lado que fuera llevaba su laptop y ese software tan prodigioso con él. Se han vuelto tan inseparables que uno no sabría que hacer si de repente dejara de existir, como sí fuera un castigo divino o algo así por tanta confianza que el arquitecto le ha dado. A ciencia cierta no se sabe sí esto tendrá un fin o algo así, pero lo que se sabe es que el día que se llegue a acabar el Autocad va a ser por que la arquitectura se volvió obsoleta o el perfeccionamiento del mismo Autocad lo haga cambiar de nombre por que éste ya no da para más. Como todo lo bueno también llega su fin la próxima generación del Autocad tendrá que ser algo sin precedentes, que nunca se descomponga y de las fallas ni hablar.

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